Katteni Kaizo

Kaizo Katsu es un muchacho de diecisiete años que tras ser pateado en su infancia desde un columpio y caerse de cabeza, tiene razonamientos poco comunes. Por ejemplo, piensa que todo lo que ve forma parte de una conspiración alienígena para conquistar el planeta. Por eso Umi Natori, que fue la causante del golpe y se siente culpable de la deficiente salud mental de su amigo, intenta controlarle a cada momento.

Un día, el Club de Ciencias Naturales del instituto al que asisten y del que forma parte Umi, está cargando un pesado modelo de cuerpo humano por las escaleras, pero se les escapa y va a parar a la cabeza de Kaizo nuevamente, que pasaba por debajo de la ventana en ese momento. El Club, sintiéndose responsable, le lleva hasta el aula para intentar que se recupere y es entonces cuando Kaizo se da cuenta de que le han convertido el cyborg al verse lleno de cables. Suzu Saien, jefa del Club, encuentra muy gracioso e interesante al muchacho, así que le anima a unirse a ellos para horror de Umi y Chitan Tsubouchi, un friki de los trenes al que Kaizo no dejará tranquilo desde ese momento ni a Sol ni a sombra.

Así comienzan las locas aventuras de Kaizo y sus nuevos amigos, que además parecen esconder varios secretos, y con la ayuda de Suzu, que le sigue la corriente a menudo para beneficio propio, agudizarán la paranoia de Kaizo. Para empezar, con el nuevo integrante, el club ha pasado a llamarse Club de Ciencias Especiales. ¿Qué será lo siguiente...?

Kohji Kumeta es el creador de este manga tan bizarro que cuenta con veintiséis tomos, de los cuales dieciocho ya se encuentran en nuestro país gracias a Ivrea con el nombre de Las Guarradas de Kaizo. Su dibujo es tan raro como su historia: lleno de líneas rectas, como hecho por ordenador, sin apenas detalles, pero aun así no se hace desagradable. Las gracias absurdas ademas tienen que ver a menudo con la cultura japonesa, de forma que a la vez que se pasa un buen rato también se aprenden cosas interesantes. En definitiva, un manga estupendo para echarse unas risas.

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